Evitar la discriminación ante la pandemia de COVID-19 es una prioridad.

Evitar la discriminación ante la pandemia de COVID-19 es una prioridad.

Ninguna persona ni grupo de personas es más propenso a transmitir COVID-19 que otros. Las emergencias de salud pública, como esta pandemia, son momentos estresantes para las personas y las comunidades.

El temor y la ansiedad con respecto a una enfermedad pueden dar lugar al estigma social, es decir creencias y actitudes negativas hacia personas, lugares o cosas.

El estigma puede dar lugar a rotulaciones, estereotipaciones y otros comportamientos negativos hacia los demás.

Por ejemplo, cuando las personas asocian una determinada enfermedad (como COVID-19) con una población, comunidad o nacionalidad específica, se produce el estigma y la discriminación.

El estigma también puede ocurrir después de recuperarse de COVID-19 o después de ser dado de alta de un área de cuarentena o cuarentena domiciliaria. Durante la pandemia de COVID-19, ciertos grupos de personas pueden ser estigmatizados, como:

  • Ciertos grupos raciales y minoritarios, como estadounidenses de origen asiático, isleños del Pacífico y negros o afroamericanos;
  • Enfermos que se han recuperado o que han sido dadas de alta del hospital debido a la detección de COVID-19 y dieron positivo por COVID-19;
  • Personal de emergencia y profesionales de la salud;
  • Personas con enfermedades subyacentes que provocan tos;

El estigma nos duele a todos porque hace que las personas sientan más miedo y resentimiento hacia la gente común en lugar de centrarse en la enfermedad que causó el problema.

El estigma también puede facilitar que las personas oculten síntomas o enfermedades, eviten buscar ayuda médica de inmediato y eviten que las personas adopten comportamientos saludables. Esto significa que el estigma dificulta el control de la propagación de la epidemia.

Los grupos estigmatizados también son a menudo discriminados. Esta discriminación puede conducir a:

  • Rechazo o evasión por parte de otras personas;
  • Negación de atención médica, educación, vivienda o empleo;
  • Abuso verbal; o
  • Violencia física.

El estigma puede tener un impacto negativo en la salud física y mental del grupo estigmatizado y las comunidades en las que vive. Las personas estigmatizadas pueden sufrir aislamiento, depresión, ansiedad o humillación pública.

Eliminar el estigma es vital para hacer que todas las comunidades y miembros de la comunidad sean más seguros y saludables.

Todos podemos ayudar a evitar la discriminación si logramos detener el estigma asociado con COVID-19 al comprender la información y compartirla con otros miembros de la comunidad.

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