Con su comportamiento, tu hijo puede estar revelando ante tus ojos que busca más afecto, comprensión y cariño. ¿Cuáles son esas señales?
Sabemos que ser padres nos convierte en seres más vulnerables, con miedos y con muchos anhelos por ver a nuestros hijos crecer y ser felices. No importa el obstáculo que se ponga enfrente, pues no tenemos más opción que superarlo para lograr que ellos se encuentren bien. Ser padres es mirar las maravillas de la vida, aprendiendo que los hijos son un espejo que refleja lo que les damos.
A pesar del gran amor que sentimos por los hijos y de nuestros esfuerzos por darles una vida llena de satisfacciones y alegrías, en algunas ocasiones no logramos que ellos sean felices. Tal vez sea porque nadie nos ha enseñado a ser padres o porque creemos que darles todo lo que desean será suficiente para hacerlos sonreír.
Desafortunadamente, con el ajetreo de la vida cotidiana algunos padres dan por hecho que si sus hijos tienen lo que necesitan es una señal de que son felices. Pero en realidad, lo que los hijos necesitan más que nunca es el tiempo de calidad que pasen con sus padres, que cualquier otra cosa material.
La crianza, un juego que debemos aprender
No basta con darles a los hijos una buena educación, un techo para vivir, comida, ropa y juguetes; ya que la crianza es más que eso, se trata de darles cariño, atención, cuidados, amor y apoyo incondicional. Es estar ahí, en el momento preciso, anticiparnos a sus necesidades y hacerlos sentir que son capaces de conquistar por sí solos el mundo entero. ¡Vaya, suena sencillo, pero no lo es!
Sin embargo, no todo está perdido, podemos identificar algunas señales que indican que los hijos necesitan más amor y cariño y no solo las cosas materiales que podemos ofrecerles. Saber identificar esas señales a tiempo será una manera de asegurarnos que nuestros esfuerzos como padres van en la dirección correcta.
¿Cuáles son las señales?
El Profesor y experto en educación familiar Sagid Rivera explicó que los niños necesitan distintas maneras de sentirse amados a lo largo de la vida; incluso que en todas las etapas del desarrollo es importante saber cómo demostrarles nuestro amor incondicional.
Otros expertos aseguran que los hijos valoran más nuestro amor, atención y cuidados, según el tiempo que les dediquemos. Cuando un niño necesita más amor y atención por lo general da a conocer algunas señales como por ejemplo:
1 Miedo al abandono
Es normal que un niño pequeño entre los 8 y 14 meses de edad llore cuando su mamá lo deja por un instante, aunque estén dentro de la misma casa. Es parte de la investigación de John Bowlby y Mary Ainsworth, quienes desarrollaron la llamada “Teoría del apego”.
Pero cuando este miedo se constante después de la edad indicada, puede ser una señal de que el niño necesita más amor y atención. Este miedo se presenta con angustia, iniciándose una fuerte dependencia hacia la persona amada y cualquier indicio de separación aumenta una dosis de ansiedad, por lo cual el niño sigue durante toda su vida buscando el afecto y los cuidados que no tuvo durante su infancia.
Por lo general, los niños sienten gran ansiedad cuando uno de sus padres no llega a casa, en cuestiones de segundos entran en pánico y construyen pensamientos negativos en torno a esa demora. Suelen pensar que sufrieron un accidente o que se enfermaron o murieron.
Incluso aparecen algunos síntomas físicos como dolor de estómago, vómitos, pesadillas frecuentes, miedo a la oscuridad e inquietud permanente. En estos casos es importante comunicarnos con nuestros hijos, decirles que no deberían tener miedo por estar solos, puesto que al llegar a casa serán recompensados con mucho amor y atención.
2 Llamar la atención de los adultos
Los niños son traviesos por su naturaleza innata de aprender, explorar y experimentar cosas nuevas, ya que es la manera de aprender. Sin embargo, cuando los niños tienen comportamientos inadecuados, conductas agresivas, sin medir las consecuencias de sus acciones, están indicando que necesitan más amor y cariño por parte de sus progenitores.
Es como decir “Aquí estoy, háganme caso”. En algunas ocasiones, los límites que establecen los padres no son suficientes para que sus hijos comprendan los peligros a los que pueden enfrentarse y por ello es que tratan de desafiarlos.
3 Tristeza permanente
Cuando los niños se muestran apáticos, enfadados y tristes de manera constante, es una señal de que necesitan más atención de sus padres. No basta con proveerles las cosas materiales que requieren para estar bien, sino que están pidiendo atención y más tiempo de calidad con sus progenitores.
Son niños que pierden el interés fácilmente por las cosas, incluso suelen perder el apetito y prefieren estar aislados sin ningún tipo de convivencia. En este caso, será importante encontrar la raíz de la causa de su tristeza para poder así trabajar en esos aspectos que provocan su actitud.
4 Se vuelve más agresivo
Suelen ser muy violentos, reaccionan a la defensiva en cualquier circunstancia, no escuchan razones y no hacen caso a las reglas. Por lo general, utilizarán lenguajes inapropiados y tendrán pensamientos negativos. Este tipo de comportamiento puede ser una señal de que necesitan más atención por parte de sus progenitores, ya que están tratando de llamar su atención de una u otra forma.
5 Bajo rendimiento escolar
Así como tú tienes problemas y aflicciones, tus hijos también los tienen a su corta edad. Muchas veces ellos creen que sus padres están tan ocupados en otras cosas, que sus problemas no son importantes y por eso es que dejan de motivarse para tener buenas calificaciones. Ellos están tratando de llamar tu atención para que los ayudes y apoyes; necesitan tu amor y cariño para recuperar su motivación.
Es importante que los padres estemos atentos a estas señales, ya que si las dejamos pasar pueden generar graves consecuencias como la depresión, baja autoestima, incluso hasta autolesión o muerte. Procura hacer un esfuerzo y trata de pasar más tiempo con tus hijos, convive con ellos, conócelos y aprende de ellos. Recuerda que lo único que necesitan es tiempo de calidad, amor, y nada más.